LA SAGRA en tu super
«Ya estamos haciendo pruebas para producir hasta 240 Hectólitros al día»
Raúl González es, a sus 32 años, Técnico de Mantenimiento y Embotellado de Cerveza LA SAGRA, un puesto clave en el organigrama de la cervecera que desempeña desde el pasado mes de enero, cuando se incorporó al staff de la cervecera de Numancia de La Sagra.
Natural de Almadén, pueblo minero, formado en Electricidad y Electróncia, casado y padre de dos hijos, aficionado al fútbol , fan de la vida familiar y de salir en bicicleta a recorrer los caminos; y desde los 18 años trabajando en el mundo del mantenimiento industrial, Raúl González nos acerca un poco a lo que es su trabajo en Cerveza LA SAGRA.
¿En qué consiste tu día a día en Cerveza LA SAGRA?
Llevo la línea de producción, mantenimiento de la maquinaria, organización de la producción. Controlo la nueva línea de embotellado, que está en marcha desde el pasado mes de abril. Me encargo de la planificación diaria, semanal…Mi jornada empieza a las 6h. A esa hora, empezamos a preparar la maquinaria. Revisamos todo con el objetivo de que a las 8h, cuando llega la gente del equipo, esté en perfectas condiciones. Una labor fundamental es vigilar que todo funcione a la perfección en el embotellado: que la botella esté bien colocada, que salga con el nivel adecuado; que las etiquetas estén bien…hacemos un control de calidad muy exhaustivo. Terminamos la jornada dependiendo de los objetivos del día y los litros a embotellar.
¿Cuántos litros de cerveza podéis llegar a embotellar en un solo día?
Estamos haciendo pruebas para llegar hasta los 240 Hectólitros al día. Ya estamos en ello y aún tenemos mucho margen de crecimiento.
¿Cuáles son los aspectos de tu trabajo que más te llaman la atención?
Me encanta el trabajar en los ajustes de la máquina. El ajuste fino me apasiona. Es trabajar casi al milímetro. Hay que tener en cuenta que un día, embotellamos una referencia y otro día, otra, por lo que tenemos que cuidar al máximo la máquina. Es una labor que tiene lo suyo. Hay que tener una buena formación específica para poder llevarlo a cabo.
¿Y lo más complicado?
El buscar el origen de un fallo cuando éste se produce. En un momento dado, tener que parar la máquina supone una presión extra. Tener la cerveza en un tanque con todo a punto, obliga a tener una reacción muy rápida para que todo siga funcionando sin problemas lo antes posible.
¿Qué te parece el mundo de la cerveza artesana?
No había trabajado antes en una cervecera y hay que reconocer que me estoy enganchando. Me llama mucho la atención este mundo. Lo que más me sorprende es la cantidad de variedades que se pueden llegar a elaborar, algo que los que están fuera del mundo craft no llegan a conocer. Hay un camino inmenso aún por recorrer en este sector.