Seguro que alguna vez has escuchado a los abuelos decir eso de: “ya las cosas no son lo que eran”. Y cuando hablan del Tajo… no les falta razón. No hace tanto, este río no era solo el más largo de la península. Para Toledo, era mucho más que eso. Era un símbolo, un punto de encuentro, una fuente de vida para toda la ciudad. Pero hoy… sigue leyendo, ¡que te lo contamos más despacio!


El Tajo de antes

Hace apenas 50 años, el río Tajo era otra historia. Un auténtico centro de vida para todos los toledanos. En sus orillas se bañaban familias, se jugaba al sol y se disfrutaban los veranos como si fueran eternos. Incluso existía un Club Náutico en la ciudad, ¿te lo puedes creer?

Pero el Tajo no era solo diversión, también era sustento. Sus aguas movían molinos, regaban huertas y llenaban los mercados de carpas, truchas y anguilas buenísimas. La anguila, de hecho, era todo un emblema de Toledo.

Aquí también se levantó una de las primeras centrales hidroeléctricas, que aprovechaba la fuerza del agua para generar energía verde. Y su biodiversidad era rica, con muchas especies que vivían en equilibrio y hacían del río un lugar aún más lleno de vida.

El Tajo de hoy

Aquí viene la parte triste de la historia, en la que todo se ha dado la vuelta. La sequía, la contaminación y los trasvases han ido dejando al Tajo sin fuerzas. Está prohibido bañarse en sus aguas a su paso por Toledo, su caudal es mínimo y ya no hay negocio local ni comercio que dependa de él. Las famosas anguilas han desaparecido, y con ellas muchas otras especies. El ecosistema se ha empobrecido y todo lo que era antes, ahora es solo un recuerdo de los que pudieron vivirlo.


¡Por el Tajo del mañana!

Aún sí, el Tajo sigue siendo un lugar muy especial en Toledo. La gente sigue paseando a su lado, haciendo selfies, disfrutando del paisaje desde el puente de San Martín. Y, por suerte, hay quienes no se rinden fácilmente.

Desde LA SAGRAqueremos entender mejor qué está pasando con nuestro río  y cómo nos afecta a todos, vivamos o no en Toledo. Porque el Tajo también forma parte de lo que somos. Y si lo cuidamos entre todos, aún podemos hacer que esta historia tenga un final feliz.


¡Conocer su pasado es empezar a proteger un poco más su futuro! Si quieres saber un poco más sobre nuestro río, sigue leyendo aquí

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