La certificación IFS es un valor diferencial que nos permitirá crecer nacional e internacionalmente
Carlos García, CEO de La Sagra Brew está apostando con mucha fuerza por convertir a la cervecera de Numancia de La Sagra en una referencia dentro del sector en España con la calidad y la seguridad alimentaria como bandera. La Sagra Brew acaba de obtener el certicado IFS, un sello que garantiza los máximos estándares de calidad que marca la Unión Europea.
La Sagra Brew está haciendo una apuesta muy fuerte y continuada en el tiempo por el I+D y la calidad. ¿Cual es la filosofía de la cervecera al respecto?
Somos una fábrica pequeña con respecto a las grandes cerveceras pero no obstante, queremos estar en igualdad de condiciones en cuanto a la calidad de nuestros procesos de elaboración. Ahora mismo, podemos decir que estamos en la vanguardia. Algunos procesos son más fáciles de implementar que otros pero el objetivo no es otro que garantizar la seguridad alimentaria con una apuesta calidad total tanto para el comsumidor como para el cliente.
¿Ha supuesto la obtención del certifciado IFS un cambio importante en el trabajo de la fábrica?
Es cierto que el Certificado IFS no sólo mide y certifica procedimientos y maquinaria de última generación , sino también procesos de limpieza o, por ejemplo, tiene una parte de documentación de procesos muy importante, que es en lo que más hemos tenido que trabajar internamente. En cuanto a trazabilidad, ha sido algo más sencillo porque ya partíamos de un punto muy alto. En cuanto a protocolos, la IFS es muy exigente y exhaustiva. En los últimos tiempos, hemos trabajado en muchas mejoras en procesos de elaboración y mejoras físicas en la fábrica como la instalación de un tanque de bagazo automático; sistemas de ventilación, inversiones en maquinaria; hemos mejorado mucho la parte documental y registros y también, cómo no, trabajar mucho con todos los que formamos parte de este proyecto para ser conscientes de que hay que cambiar hábitos y formas de trabajar.
¿El esfuerzo del equipo humano que forma parte de La Sagra ha sido importante?
Ha supuesto un cambio de mentalidad. Ha habido que aprender a utilizar los EPIs; establecer protocolos de vestuarios, formas de actuación y más ahora con el tema de la pandemia, hemos hecho mucho hincapíe en el buen uso de geles y mascarillas. Nos hemos tenido que adaptar a diferentes protocolos y procesos. Entrar ahora en la zona de elaboración de La Sagra Brew es comparable a cuando un médico entra a un quirófano.
¿Cuánto tiempo habéis trabajado en este proyecto para sacarlo adelante?
El departamento de Calidad ha estado trabajando en ello desde hace 18 meses tanto de forma interna como externa con una consultoría especializada. Nosotros hemos trabajado con Bureau Veritas y nos han hecho un examen superiguroso. Para ellos, el tamaño de una empresa agroalimentaria da igual, su nivel de exigencia es máximo y el protocolo es el mismo. Para obtener el certificado , necesitas un 75% de puntuación y nosotros, te pongo el ejemplo, en el primer examen obtuvimos un 94,74%, que es una puntuación muy alta. Este trabajo, ha supuesto un esfuerzo espectacular de todas las estructuras de la empresa y especialmente de nuestro departamento de Calidad.
¿Qué cambia el certificado IFS en el planteamiento de futuro de La Sagra Brew?
Ya he comentado antes que el mayor esfuerzo es el cambio en la mentalidad de todos para automatizar las formas de actuar como por ejemplo el no tener accesos a fábrica desde la parte de oficinas. Hemos cambiado hasta las manillas de las puertas, establecido medidas antintrusión…son más de 300 puntos de control y además una parte documental muy importante en la que es clave registrar todos los procesos. Con esto, incidimos en una mayor generación de confianza de cara al mercado, para competir en las grandes superficies, trabajar en el segmento de marcas de alimentación teniendo un sistema de calidad superior al de otras empresas. También pensamos que la apuesta por la calidad nos da más opciones de cara a la exportación, que es un sector donde se le da mucha importancia a este aspecto.
¿Es un salto importante a medio plazo?
Es un gran salto que nos va a permitir crecer de forma tangible en volumen de mercado tanto nacional como internacional. Es un valor diferencial.
¿Cómo habéis trabajado en este aspecto de la calidad también en el segmento de cervezas sin gluten?
También hemos obtenido la Espiga Barrada y con un actor especializado en el sector como FACE para que nos dé su sello . Es un trabajo también muy exigente porque tienes que demostrar que los procesos de elaboración de la cerveza sin gluten cumplen los máximos estándares establecidos por la legislación europea. Que Face te dé su sello, es un aldabonazo de credibilidad dentro de un segmento de público que se está jugando su salud.
¿Cual ha sido la inversión que habéis llevado a cabo para poder cerrar con éxito estos procesos?
Es difícil de cuantificar. Si somos honestos, muchos de estos procesos ya los teníamos que hacer por nuestro código de calidad. Hemos trabajado 18 meses muy intensamente en esta fase y la inversión que hemos hecho rondará los 300.000 euros.
Esto no es el final del proceso, ahora comienza un día a día muy exigente…
La normativa IFS indica que pasas un examen anual y es obligado el ir cumplimentando las mejoras necesarias y el plan de acción al que te hayas comprometido.
¿Cómo ha recibido el mercado estos cambios?
Una vez que hemos terminado el camino, el feedback que hemos tenido ha sido muy positivo. Nos ha permitido ejecutar proyectos que estaban encima de la mesa y poner rumbo a otros importantes a medio plazo.