¿Existen realmente las cervezas de verano? No hay una respuesta ‘oficial’ para esa pregunta. Para muchos, sí; pero muchos aficionados a la cerveza piensan y defiendan que no hay estilo propio como tal. El debate está encima de la mesa y las respuestas pueden ser tantas como aficionados a la cerveza existen. Lo que es cierto es que, si hablamos de España, el verano es la época donde más cerveza se consume y nos estamos refiriendo a cifras realmente galácticas.
Los últimos estudios apuntan que de julio a septiembre, los meses de más calor estival y que coinciden con la mayoría de los periodos vacacionales, en España se consume el 30% de la cerveza de todo el año y eso, en cifras contantes y sonantes, significa que en tres meses pueden beberse cerca de 900 millones de litros de cerveza. Litro arriba, litro abajo. La realidad es que el verano es una época propicia para el consumo de cerveza y los datos van aún más lejos, pues en una segunda lectura cuando afirman que el 90% de los españoles eligen la cerveza como primera opción en verano, por encima del vino o de los refrescos.
La gastronomía del periodo estival también ayuda a que el consumo se dispare. Ensaladas, gazpachos, barbacoas, pescado frito….contribuyen al consumo de una bebida como la cerveza, con mucho contenido de agua.
Si estamos de acuerdo que el verano es tiempo de cerveza, ¿qué tipo es la que se consume?
La pregunta tiene una respuesta que nos indica que hay un patrón común: la cerveza que bebemos en verano tiene poca graduación (generalmente se mueve en una horquilla que oscila entre los 3,5º y los 5,5º), es suave y ligera, con un toque refrescante y marida muy bien con carnes ligeras, pescados, ensaladas y mariscos. Son cervezas de cebada o trigo, de alta fermentación y un amargor moderado. El objetivo de este tipo de cerveza es refrescar, ayudar a soportar mejor los calores del verano, que en algunos puntos de España pueden llegar a suponer casi una tortura y, además, tener una graduación moderada para consumir cantidades ‘perceptibles’ sin acusarlo demasiado y que haga las veces de fuente de hidratación. Es decir, que existe un patrón común cuando hablamos de cervezas de verano.
Regresamos a la pregunta del principio. ¿Existe un estilo propio para las summer beer? El Beer Judge Certificacion Program (BCJP) no lo contempla como tal, pero los ingleses sí que consideran un estilo propio concebido para el verano: el Summer Ale, una tendencia -llamémosle así- que ha influido de manera considerable en la escena craft española y que, a diferencia de otros estilos, tiene un origen relativamente reciente: el año 1995.
Ese verano del 95, la climatología en las Islas Británicas fue muy diferente a la habitual. Una ola de calor convirtió Inglaterra en un horno al que los ingleses no estaban habituados y que no fue patrimonio exclusivo de las Islas, ya que España también vivió temperaturas extremas que alcanzaron a finales de julio los 46,6 grados en Córdoba y Sevilla. Esa ‘ola de calor’ tan inusual en Inglaterra provocó un cambio en la idea de cómo consumir la cerveza, alejado del tradicional inglés, durante el verano, y obligó a las cerveceras a idear un tipo de cerveza más ligera, de color anaranjado pálido, lupulada de forma moderada y con cierto amargor. Una cerveza más refrescante que se bautizó con el nombre de English Summer Ale.
Retomamos, una vez más, la pregunta: ¿Existe un estilo propio de cerveza para el verano? Que cada cual elija su respuesta.