Uno de los procesos básicos del departamento de calidad de Cerveza LA SAGRA en su día a día es el control de gases en la cerveza. Miguel Calero, responsable de calidad de la cervecera de Numancia de La Sagra, explica como se trabaja para conseguir que las cervezas de LA SAGRA tienda a oxígeno CERO una vez que esté embotellada. El oxígeno en botella oxida y cambia el sabor de la cerveza.
Calero explica los tres procesos de calidad a lo que se somete a la cerveza para conseguir ese objetivo:
Cada vez que se trasvasa la cerveza entre tanques, hay que tener especial atención en suprimir aire por lo que se hace un purgado de los tanques empleando para ello CO2. Al llenar el tanque con CO2 se crea una atmósfera propensa para introducir la cerveza y que no entre el oxígeno. Calero matiza que este proceso se mide en ‘partes por billón’ por lo que es un proceso esencial en el que hay que tener máxima atención y extremadamente preciso.
El segundo paso es comprobar los niveles de oxígeno cada vez que se trasvasa cerveza. Hay que medir constantemente, ya que “en eso consiste la calidad. Hay que medir para asegurarse que todo está bien empleando un Medidor de Oxígeno Disuelto para este proceso y que te calcula el nivel de oxígeno disuelto a nivel de partes por billón”, añade el responsable de Calidad de Cervezas LA SAGRA.
El tercer paso en el control del oxígeno llega a la hora de embotellar la cerveza. Calero explica que “empleamos una máquina que tiene sistemas específicos para controlar el oxígeno disuelto. Después de llenar la botella, justo antes de poner la chapa, la embotelladora inyecta CO2 en la parte de arriba de la botella con el objetivo de expulsar hacia fuera y acto seguido se cierra la chapa”. “Es un proceso para minimizar el oxígeno disuelto en la cerveza final” finaliza Calero.