Pocos años antes de la Primera Guerra Mundial, comenzó a elaborarse en los meses previos a la Navidad, una cerveza especialmente concebida para consumir durante las Fiestas. La idea surgió en Bélgica, cuna para muchas de las cosas que suceden en torno a la cerveza y donde, hoy en día, las ‘Cervezas de Navidad’ siguen gozando de gran aceptación.

Fue a principios del siglo XX, en pequeñas localidades, pueblos de Flandes y el área francófona de Bélgica donde microcerveceras comenzaron a elaborar en el mes de septiembre una cerveza que dejaban en barrica hasta la fiesta de San Nicolás y que, una vez abierta, consumían entre empleados de la fábrica y vecinos del pueblo, vendiendo los excedentes que hubieran quedado. Ese fue el inicio de un tipo de cerveza que, con el paso de los años, ha ido definiendo un conjunto de características comunes que no es lo mismo que un estilo común.

 

Las ‘Cervezas de Navidad’ suelen tener una alta graduación, con un listón mínimo de 6º y llegando hasta los 14º de la ‘Samichlaus’, cerveza elaborada en Austria y que es considerada como la cerveza más ‘strong’ del mundo. La ‘Samichlaus’ tiene además una historia curiosa: está elaborada, según cuenta la leyenda, con una antigua receta suiza y siempre, pase lo que pase, se elabora el día 6 de diciembre, festividad de San Nicolás. Se embarrila durante diez meses y se consume por las navidades del año siguiente.

 

Al margen de la alta graduación, que es la principal seña de identidad que acompaña siempre a las ‘Cervezas de Navidad’, otras características que suelen ser elementos diferenciadores es que son cervezas muy especiadas, al añadirlas ingredientes como la canela, la nuez moscada, jengibre, vainilla o incluso anís. Además, su color es más oscuro y para completar el ‘dibujo’, muchas de ellas llevan etiquetados especiales, repletos de motivos navideños. Un guiño al momento del año en el que se consumen.

 

Después vienen los matices. Las ‘Cervezas de Navidad’ tienen su público, especialmente en Europa Central y del Norte, donde las noches de invierno y el frío intenso invitan a consumir un tipo de cerveza con alta graduación y especiada.

 

En Alemania, las llaman ‘weihnachtsbier’ y tienen sus seguidores más arraigados en la región de Baviera. Suelen ser cervezas de color más oscuro, casi negras, con una graduación entre los 6 y 8º y elaboradas con lúpulo fresco. Especialmente concebidas para tomar con dulces y postres de Navidad.

 

En Bélgica, la cuna y donde más han proliferado, tienen un carácter más afrutado, con especias dulces; en Inglaterra las llaman Winter Warmer y las suelen elaborar con hierbas aromáticas; en Dinamarca celebran en el mes de noviembre un ‘Día de la Cerveza de Navidad’ y todas las variedades que ese día se degustan se mueven en torno a los 8º, y en Estados Unidos, donde las ‘cervezas de Navidad’ comenzaron a elaborarse a mediados de la década de los setenta tras la apuesta que, en ese sentido, hizo Anchor, se denominan Winter Ale o Christmas Beer, y parten de una graduación de 10º siendo unas cervezas robustas.

 

¿Y en España?, ¿qué sucede en España? En nuestro país, las ‘Cervezas de Navidad’ apenas tienen tradición, pero en los últimos años, algunas cerveceras han comenzado a introducirse en un segmento que hasta el momento es un territorio prácticamente inexplorado para los cerveceros españoles.

 

Donde no lo es, ni mucho menos, es en Essen, donde el fin de semana del 19 y el 20 de diciembre, celebran el Christmas Beer Festival, momento cumbre para los aficionados a esta variedad de cerveza. En el Festival este año estaban anunciadas hasta 150 variedades belgas de cerveza de Navidad. Un buen plan para el año que viene.

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