Cuando hablamos de elaboración de cerveza, solemos pensar en ingredientes como la cebada, las maltas o los lúpulos. Pero pocos son los que mencionan el ingrediente más importante de todos: el agua. Para nosotros, aportar la máxima calidad a través de este elemento es clave. Por eso, nuestros Maestros de la Fusión trabajan con su pureza.
El agua y su importante papel en la cerveza
Aunque muchas veces no se tenga en cuenta, de todos los elementos que conforman una cerveza, en torno al 95% es agua. Por eso, este líquido desempeña una importante posición a la hora de determinar su sabor, su aroma y su color. Existen muchos casos en los que, tan sólo las diferencias a la hora de trabajar su composición consiguen distinguir un estilo de otro.
Si buscamos elaborar una buena cerveza, es importante tener en cuenta que el agua que se está utilizando sea pura, potable, libre de sabores y olores, sin exceso de sales y exenta de materia orgánica. A veces incluso se recurre a métodos de corrección del agua para eliminar todos los minerales, añadiendo aquellos que se consideran necesarios para dotar de unas características específicas a esa cerveza.
Este conocimiento ya era tratado por los expertos cerveceros en sus inicios. Antiguamente, las fábricas de cerveza se forjaban en lugares en los que disponían de agua limpia y adecuada para el tipo de cerveza que buscaban producir. Así, el alto contenido de sulfato de calcio de Burton on Trent (Reino Unido), resultaba ideal para la fabricación de la famosa “pale ale”, extrayendo un resultado de sabor fuerte y muy aromático. O por lo contrario, las aguas blandas de Pilsen, en Checoslovaquia, resultaban ideales para la elaboración del estilo “lager”. Y el agua rica en bicarbonato cálcico de Munich, Londres y Dublín, era el toque perfecto para que la producción de cervezas más oscuras alcanzaran sabores extraordinarios.
De dónde viene el agua con la que hacemos nuestras cervezas
El agua con la que se elaboran nuestras cervezas procede del Embalse de Picadas, en Madrid, y llega hasta nuestra fábrica en Numancia de La Sagra a través del canal oficial de Picadas-Toledo. Este agua contiene una mineralización muy débil y unas condiciones que la convierten, ya de por sí, en un agua óptima para la elaboración de nuestra cerveza. Y, además, en la fábrica de LA SAGRA pasa por un filtro de carbón activado que elimina las partículas de cloro, ya que éstas resultan un inconveniente para el posterior desarrollo y supervivencia de la levadura.
Gracias al filtro de carbón activado por el que transcurre nada más entrar en nuestra fábrica, conseguimos un agua con 0,0 mg/l de cloro libre disuelto y sales. El resultado es, prácticamente, el de un agua destilada sin recurrir a un proceso de destilación.
Este proceso de purificación natural del agua otorga varios beneficios a nuestras cervezas. El más importante es el de no requerir ningún componente químico para absorber las propiedades de las maltas.
Por eso, todos los días en nuestra fábrica se comprueba la pureza del agua a través del análisis de su pH, conductividad, cloro y propiedades organolépticas.