El movimiento craft vive un momento de ‘expansión controlada’. La cerveza artesana española ha salido del armario para convertirse en una opción nada descabellada para el consumidor. Que el cervecero habitual se plantee que hay más opciones que una cerveza industrial a la hora de elegir qué tomar, es un paso de gigante con respecto al panorama que vivía el sector hace tan sólo unos años.

Las cerveceras artesanales están trabajando muy bien, a medio y largo plazo, y con paciencia casi de orfebres para explicar lo que están haciendo de puertas hacia dentro de sus factorías, y el producto que están logrando, con sus características, variedades y propiedades.

La ‘artesana’ es un mundo completamente diferente que está ‘colonizando’ la barra de los bares y, desde ahí, saltando a la mesa de los restaurantes. Es un camino largo y aún queda mucho por transitar, pero en esa labor de difusión e información del ‘proyecto craft’ están jugando un papel decisivo las ferias de cerveza, los eventos que las cerveceras están organizando en cervecerías de toda la vida y especializadas, y los ‘foodtrucks‘. Los tres conceptos forman lados de un mismo triángulo. Estamos hablando, sin duda alguna, de la cara visible, la más cercana y por lo tanto, la más accesible del movimiento artesano.

Un viejo dogma, con plena vigencia en la actualidad, del mundo de la comunicación reza que lo que no se comunica, lo que no se ve, simplemente no existe. En ese sentido, las ferias cerveceras en todos sus formatos actuales están jugando un papel clave en la puesta en común ante el gran público de la idea de que existe otro tipo de cerveza, artesana, saludable, con múltiples matices, en muchos casos ecológica, respetuosa con el medio ambiente y ligada al territorio.

Las grandes ciudades se han sumado a la ‘moda’ de la Feria de Cerveza Artesana, una idea que ya ha sido testada con gran éxito en multitud de localidades de tamaño medio, pero también pequeñas, en ocasiones, poco más que pueblos, que tienen la virtud de concentrar y recibir a cientos y miles de visitantes durante un fin de semana íntegramente dedicado al mundo de la cerveza.

Son ‘concentraciones’ en las que el consumidor final asiste a presentaciones de nuevas propuestas cerveceras, compara y cata ‘in situ’, recibe explicaciones de primera mano sobre la elaboración del producto y comprueba la calidad de un tipo de cerveza diferente. Es marketing de guerrilla en estado puro que además contribuye a la dinamización económica de la zona y de un sector necesitado del contacto directo y sin barreras con el consumidor final. En este segmento no hay grandes presupuestos para publicidad ni fondos para campañas en medios nacionales, por lo que este boca – oreja de las Ferias se antoja clave.

En esta línea, merece una reflexión aparte el hecho de que en los últimos tiempos está ganando espacio la idea de los ‘foodtrucks’, una especie, podríamos llamarlo, de Feria 2.0 a la que se están sumando ya cerveceras artesanas. Los ‘foodtrucks’ permiten explorar caminos en los que la cerveza y la gastronomía van de la mano y todo ello desde una perspectiva atractiva para el consumidor final.

Curiosamente, aunque los ‘foodtrucks’ han ganado mucho peso en los últimos años, no son un concepto, ni mucho menos, novedoso. Todo lo contrario. Si tiramos del hilo y buceamos en su origen, tendríamos que remontarnos al nacimiento de las grandes ciudades en la Costa Este de Estados Unidos, casi en los tiempos legendarios de la conquista del Oeste o a la más ‘modesta’ versión de los vendedores de sushi callejeros en el Tokyo del siglo XIX. En ambas localizaciones se sitúa el origen de una idea que ganó peso en el Siglo XX y está muy vinculada al estilo de vida americano. Ciudades como Nueva York se sitúan en la cuna de los ‘Foodtrucks’ tal como los conocemos ahora. En sus calles surgieron en los años 30 los primeros restaurantes en antiguos vagones de tranvía, y también en las calles de las urbes americanas comenzaron a venderse helados en furgonetas. Muy vinculados a la idea de comida rápida, es en Los Ángeles y con la nueva hornada de chefs cuando los ‘foodtrucks’ dan el salto y comienzan a explorar caminos más ligados a la gastronomía gourmet. Ahora, han desembarcado con fuerza en el movimiento cervecero artesanal, empeñado en maridar gastronomía y cerveza. Un paso más y en este caso de gigante en la historia de estos ‘camiones de comida’ con el sector cervecero como protagonista.

Ferias con formato tradicional o que apuesten en vez del stand convencional a pie de calle por el ‘foodtruck’ son imprescindibles para romper barreras y dar a conocer el mundo de la cerveza artesana entre el consumidor de cerveza en España. La idea casi medieval de la Feria como mercado para exponer tu labor, sigue plenamente vigente hoy en día.

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